Las búsquedas en Google sobre el virus del herpes simple (VHS o HSV, por sus siglas en inglés) se convirtieron en tendencia durante varios días en Google Trends tras la publicación el 20 de mayo de 2025 de un estudio que lo relaciona con el Alzheimer, según Google Trends.
Este virus común, que afecta a millones de personas, puede causar herpes labial o genital y permanece en el cuerpo de por vida. Aunque ese estudio reciente sugiere una posible asociación entre el VHS-1 (el virus comúnmente asociado al herpes labial) y el Alzheimer, varios expertos advierten que la infección de ese virus no garantiza el desarrollo de esta enfermedad. Te explicamos qué se sabe.
Qué es el virus del herpes simple
El virus del herpes simple es un virus común que causa infecciones en la piel, los labios, los genitales y otras partes del cuerpo.
Hay dos tipos de virus del herpes simple, según la Organización Mundial de la Salud (OMS):
El virus de tipo 1 (VHS-1) se propaga mayoritariamente por contacto bucal y causa infecciones en la boca y zonas contiguas (herpes labial, erupciones o calenturas labiales). Las calenturas labiales son ampollas o llagas llenas de líquido que se forman fuera de la boca. También puede causar herpes genital. La mayoría de los adultos están infectados por el VHS-1.
El virus de tipo 2 (VHS-2) se propaga por contacto sexual y causa principalmente herpes genital.
La infección por el virus del herpes simple –denominada habitualmente “herpes”– es muy común, según la OMS. El organismo estima que alrededor de 3,800 millones de personas menores de 50 años, es decir, el 64% de la población mundial en ese grupo de edad, están infectadas con el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), la principal causa del herpes labial.
Además, la OMS calcula que 520 millones de personas de entre 15 y 49 años (aproximadamente el 13% a nivel mundial) tienen el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2), la principal causa de herpes genital.
Síntomas del virus del herpes simple: vesículas, fiebre y otras señales
Como indica la OMS, la mayoría de las personas con herpes no presentan síntomas o sólo tienen molestias leves. Por ello, muchas no saben que están infectadas y pueden transmitir el virus sin darse cuenta.
Cuando hay síntomas, suelen incluir “vesículas (calenturas) o úlceras dolorosas y recurrentes”. Los primeros episodios de infección pueden causar fiebre, dolores corporales, dolor de cabeza, inflamación de ganglios y, en el caso del herpes labial, dolor de garganta.
En el caso del herpes labial, la OMS señala que los primeros síntomas suelen ser vesículas o llagas en los labios, la boca o zonas cercanas. En el herpes genital, aparecen bultos, vesículas o úlceras en los genitales o el ano, que pueden ser dolorosas y formar costras.
Un médico puede sospechar un diagnóstico de herpes al mirar una llaga, según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés). Pero “se necesitan pruebas de laboratorio con una muestra tomada de la llaga para confirmar el diagnóstico”. También existe una prueba de sangre para confirmar si alguien está infectado.
El virus del herpes simple no tiene cura y puede reactivarse de por vida
No existe una cura para la infección por el virus del herpes simple (HSV) ni es posible eliminar completamente el virus del organismo con los tratamientos actuales, según varias investigaciones. “Si bien los síntomas del VHS pueden reducirse con medicamentos antivirales, no existe cura”, explican los autores de una revisión de artículos científicos publicada en la revista Vaccines.
Después de la infección inicial, el virus del herpes simple puede permanecer inactivo en el organismo de por vida, como indica una revisión publicada en la revista Frontiers in Microbiology. Sin embargo, los autores destacan que puede volver a activarse de forma ocasional, causando nuevos brotes con síntomas o sin ellos.
Los NIH destacan que los brotes de herpes pueden ser controlados. Las personas pueden reducir el riesgo de contagiar a otra persona evitando el contacto directo durante un brote. “Para las personas con herpes genital, el uso diario de medicamentos antivirales y el empleo de condones durante la actividad sexual también disminuyen el riesgo de transmisión a la pareja”, añaden.
Según la OMS, a menudo se recurre a medicamentos para tratar los primeros episodios sintomáticos (brotes) o recurrentes de herpes. Estos fármacos pueden reducir la duración y la gravedad de los síntomas. La eficacia del tratamiento de los episodios recurrentes “es mayor si se inicia antes de que hayan transcurrido 48 horas desde el inicio de los síntomas”.
Qué sabemos sobre la asociación entre el virus y el Alzheimer
Un estudio realizado en Estados Unidos, basado en datos de cerca de 700,000 personas, encontró que quienes habían tenido infecciones por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) presentaban un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. La investigación, publicada en la revista BMJ Open, también reveló que los pacientes que recibieron tratamiento antiviral mostraron una menor probabilidad de desarrollar esta condición neurodegenerativa.
Alberto Ascherio, catedrático de Epidemiología y Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard y catedrático de Medicina en la Escuela de Medicina de Harvard, explicó a Science Media Centre (SMC), que “este es un estudio de buena calidad que destaca, principalmente, por el tamaño de la muestra”.
“Los resultados confirman hallazgos anteriores de que las personas con historia de herpes labiales tienen riesgo más elevado de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y que este riesgo parece ser reducido en las personas que reciben tratamiento antiviral”, afirmó.
Pese a ello, el experto comentó que los resultados no son definitivos, ya que el estudio solo analiza casos clínicos registrados de herpes labial, lo que limita su alcance. Por esta razón, “sería prematuro por parte de las personas con herpes labiales preocuparse de tener un riesgo elevado de Alzheimer”.
“Tener herpes labial no es, ni mucho menos, una ‘sentencia’ de que se va a desarrollar una demencia, sino simplemente un factor de riesgo más (mucho menos importante que el propio envejecimiento)”, señala María Jesús Bullido Gómez-Heras, investigadora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.
Tara Spires-Jones, directora del Centro para el Descubrimiento de las Ciencias del Cerebro de la Universidad de Edimburgo, afirmó que este es un estudio “bien realizado que se suma a los sólidos datos existentes”. Sin embargo, insistió en que esta infección es “extremadamente común en la población” y “no garantiza en absoluto” que una persona vaya a padecer Alzheimer.
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